"Cuando alguien, viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdadera, toma alas y, una vez alado, deseando emprender el vuelo y no pudiendo, dirige sus miradas hacia arriba como un pájaro y descuida las cosas de esta tierra, se le acusa de estar loco"

Platón

martes, 21 de agosto de 2012

Viernes 17 de agosto de 2012. Arangoiti

Vuelo 45

Un  año después, de vuelta en Arangoiti, esta vez me vine con Alberto.

Patxiku y Alberto en la Foz de Arbayún
Salimos de casa de Alberto el jueves por la tarde con intención de volar el viernes y el sábado y volvernos el domingo. Después de un buen viaje llegamos a Monreal cuando Patxiku estaba acabando de dar los últimos vuelos del día con un alumno, así que fuimos a su casa a dejar los equipajes y saludar a Edurne y después nos fuimos a cenar. A la vuelta volvimos a cenar (nos adaptamos rápido a la tierra) con Patxiku y dos alumnos suyos y estuvimos de tertulia hasta las dos de la mañana.

A la mañana siguiente y después de un buen desayuno nos fuimos hacia Arangoiti. Paramos en el Iru Bide por si hubiera alguien más para subir al despegue pero no encontramos a nadie así que nos subimos solos. De camino al despegue nos acercamos los hangares para que Alberto conociera el aterrizaje y luego hicimos otra parada en Bartolo y una última en el mirador de Arbayun para hacer una fotos.

El día estaba de sur y en el despegue de abajo la cosa estaba un poco fuerte, pero arriba en las antenas encontramos un buen viento aunque en algunas rachas térmicas se ponía bastante pasado. Nos lo tomamos con calma y primero nos  comimos unos bocatas (hay que ver el hambre que se pasa en Navarra) y luego montamos sin prisas.



En la rampa del despegue sur
Hacia las cuatro me decidí a despegar ayudado en los cables por Patxiku que como siempre me dio unos buenos consejos. Nada más despegar empecé a subir muy rápido sin necesidad de girar, gané unos doscientos metros sin hacer un solo giro.

Después me fui por la ladera hacia el pantano pero empecé a perder altura así que volví hacia las antenas donde empecé a girar una térmica que volvió a ponerme por encima del despegue. Entonces me pareció ver el ala de Alberto patas arriba en el despegue, por radio me confirmaron que se había volteado pero afortunadamente sin consecuencias graves, excepto un desgarrón en la vela en la zona de un borde de ataque y un corte en la mano de Patxiku al sujetar los cables.

Decidí entonces llegar al castillo de Javier pero tenía el viento de cara y avanzaba muy poco así que al poco rato desistí y me fui hacia la foz de Lumbier. Sobre la foz empecé a girar otra térmica rodeado de buitres que me llevó derivando sobre el pueblo, fue una autentica gozada girar con tantos buitres tan cerca. Con la altura extra que había ganado enfilé hacia la nave de Acciona donde Patxiku me había dicho que solía haber una térmica, pero no encontré nada y me di la vuelta hacia el aterrizaje. De la nave de Acciona al aterrizaje solo encontré descendencias.

En el aterrizaje el viento estaba de sureste, decidí aterrizar junto a a una pila de pacas de paja para tener sombra al desmontar, pero tuve una indecisión final sobre aterrizar antes o después del camino que, junto con que me sorprendió la intensidad del viento que hizo que no planease junto al suelo, hizo que acabase con un barrigazo.

Bañito en la Foz de Arbayún
Mientras desmontaba Patxiku y Alberto bajaron a buscarme y nos fuimos a tomar unas cervecitas al Iru Bide y después fuimos al río donde se bañaron Patxiku y Alberto ya que yo tengo alergia al agua. Algo más tarde fuimos a que se bañaran en la foz de Arbayun en un sitio tan bonito que hizo que hasta me plantease el bañarme también aunque al final no lo hice. Un buen remate para un bonito día de vuelo, con la única salvedad del revolcón de Alberto que le impidió volar.