"Cuando alguien, viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdadera, toma alas y, una vez alado, deseando emprender el vuelo y no pudiendo, dirige sus miradas hacia arriba como un pájaro y descuida las cosas de esta tierra, se le acusa de estar loco"

Platón

martes, 7 de abril de 2009

Viernes 3 de abril de 2009

Vuelo 3

Estrené el año... ¡y con mi mejor vuelo hasta ahora!

Dos días antes recibí un correo de Pablo de la Torriente (compañero de colegio y de carrera) diciéndome que el viernes podía parar en Arcones, pues vendría en moto de camino a Madrid desde Santander , para darse un vuelete. Me apunté inmediatamente y Iñigo también. Tenía muchas ganas de volar con Pablo pues él es el culpable de que yo vuele ahora, en octubre de 1993 me dio un par de vuelos en tandem, uno en La Muela y otro en Arcones (este inolvidable) después de los cuales juré que yo algún día volaría también, y aunque un poco tarde, ¡trece años después!, al fin cumplí mi juramento y empecé el cursillo. Había intentado ya varias veces volar con él pero siempre surgía algo en el último momento que fastidiaba los planes.

Al llegar a Arcones había una ligera brisa del oeste que presagiaba que en el despegue las cosas podían estar muy bien, y efectivamente así fue, arriba nos encontramos con un viento de unos 30km/h bien orientado aunque quizá un pelín cruzado de la izda. El día prometía aunque los techos no iban a ser muy altos pues en el horizonte se veía la capa de inversión no mucho más alta que nosotros.

El montaje fue un poco desagradable por el viento, además la Sport 2 al tener la quilla tan corta expone mucho el ala al viento y el sistema de ruedas que tiene hizo que terminara de montar casi en el camino, y eso que calcé las ruedas varias veces. Mientras montábamos aparecieron unos pilotos de parapente checos, pero el día estaba un poco fuerte para el parapente así que les pedimos que nos bajaran el coche y aceptaron.

Iñigo fue le primero en despegar ayudado por Pablo, nada más despegar empezó a subir disparado y con algo de movimiento al principio, probablemente debido a la turbulencia formada por las rocas de la izda al estar el viento algo cruzado de ese lado, por eso yo decidí despegar desde más a la derecha y un poco más abajo para evitar el rotor de las rocas.

Después de despegar sin problemas con solo un par de pasos, empiezo a subir rápidamente y me voy hacia Navafría, la ladera está funcionando aunque hay algo de turbulencia de vez en cuando, tras alcanzar los 2000 m empiezo a perder altura y decido darme la vuelta. Llego de nuevo al despegue con poca altura sobre él, unos 30 ó 40 metros, justo en el momento en que despega Pablo. Ahora la ladera no funciona tan bien como antes y Pablo empieza a perder bastante altura, a Iñigo hace tiempo que no le veo aunque la última vez que lo hice estaba un poco más alto que yo y se había ido hacia el otro lado, hacia Somosierra.

Como la ladera ya no funciona tan bien como antes me salgo un poco hacia el llano y al rato el vario empieza a cantarme las primeras térmicas, están un poco rotas por el viento y algunas un poco turbulentas pero me hacen recuperar altura y sobre todo coger confianza con la cometa nueva.



La cometa vuela de maravilla, aprovecho para probar a meter distintas tensiones, todo bien.

Así se desarrollo el resto del día, térmicas rotas y techo a 2300m. Pablo recuperó pronto la altura perdida y estuvimos girando algunas térmicas juntos algún rato, la pena es que me quedé sin batería en la radio así que no pudimos comunicarnos.

Después de una hora de vuelo más o menos vi que Iñigo estaba aterrizando, yo quería exprimir un poco más el vuelo, aunque tampoco podía hacerlo mucho más pues habíamos quedado a cenar en Madrid y además estaba empezando a sentir un poco de frío.

Tres cuartos de hora más tarde y tras ver que Pablo también había aterrizado me fui hacia el aterrizaje. La manga indicaba viento del oeste suave. Hice una buena aproximación aunque al final me quede un poco alto y acabé aterrizando de barrigazo, algo tenia que salir mal en un día tan bueno.

En resumen un día fantástico, con muy buena compañía y en el que aprendí un montón en esas térmicas rotas y además cogí muchísima confianza en el ala, creo que hicimos una muy buena elección y compra con la sport2