"Cuando alguien, viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdadera, toma alas y, una vez alado, deseando emprender el vuelo y no pudiendo, dirige sus miradas hacia arriba como un pájaro y descuida las cosas de esta tierra, se le acusa de estar loco"

Platón

lunes, 1 de junio de 2015

Domingo 31 de mayo de 2015. Arcones

Vuelo 92.

Tuvimos un día con unas condiciones fantásticas para el vuelo, buenas térmicas y techo alto, más de 3.000 m, aunque yo no llegué a aprovecharlo del todo pues estuve más pendiente de hacer pruebas con el arnés de Juaki que del vuelo en si.

Fui con el Procu y antes de subir paramos en la campa para colgarme en la portería y probar los ajustes que le había hecho al arnés.

Arriba aparecieron Antonio Letón y Pablo Gómez-Trenor mientras estábamos montando pero se subieron al despegue de arriba donde estaban el abuelo y Marcos Sebares.

El viento estaba bastante cruzado del oeste así que tuve que esperar para despegar, después como sabía que la ladera con ese viento tan cruzado no funcionaría me abrí hacia el valle hasta que encontré una térmica antes de la cantera con la que remonté hasta 2600 m, a esa altura la deje para irme hacia la Hoya mientras iba probando distintas posiciones en el arnés. Esta vez entré mejor en el arnés y aunque no pude cerrar completamente la cremallera, iba mucho más cómodo que la primera vez aunque sigo teniendo la sensación de que me queda algo justo.



Cuando llegué a la Hoya decidí intentar ir a Pedraza pero poco después de pasar Matabuena , como iba muy lento por el viento, giré y enfilé hacia Arcones viento en cola. Dejé Matabuena con buena altura, 1900 m pero llegué a la campa muy justo, en un planeo continuo con una descendencia de -3, -5 m/s.

Al llegar vi a unos parapentistas haciendo campa en el extremo oeste del aterrizaje, en ese momento la manga indicaba viento del noroeste así que no me estorbarían en el aterrizaje, pero justo cunado iba a encarame hacia el noroeste la manga giró indicando viento del oeste así que tuve que cruzar para aterrizar hacia el oeste y mi senda de planeo pasaría justo por donde estaban los parapentistas. En cuanto me incorporé y empecé el planeo final se pusieron a levantar la vela, entonces les pegué un grito y se percataron de mi presencia y bajaron la vela. Aterricé bien y después de apartar el ala y quitarme el arnés me acerqué para decirles que por favor practicaran en las campas de al lado y no en el aterrizaje, entonces se enfadaron mucho y me dijeron que hacían campa donde querían porque les había faltado el respeto al gritarles desde el aire. ¡Otra vez la historia de siempre!

Salvo por ese incidente, un día de los que se disfrutan de verdad, además el Procu se dio un buen vuelo de dos horas subiendo hasta 3.000 m.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Estos traperos...